viernes, 17 de agosto de 2012

El Hombre Trampa


¿Qué es lo que debe hacerse cuando se sabe que la novia de un amigo quiere pasar una noche de escarnio en tu cama? ¿Qué es lo que debe hacer uno? ¿Arrojar al fondo de un morboso tacho de basura veinte años de amistad y entregarse a los efímeros placeres de una damita a la que no le haría asco? ¿Mantener una fidelidad incondicional hacia la persona que ha compartido distintos momentos de felicidad y tristeza junto a uno? ¿O esconder bajo el manto de la mentira unos minutos de desenfreno? En el caso que uno opte por hacerse el desentendido, finja olvidarse los lazos de amistad y decida invitar a quien desea hacerse la inocentemente dormida en una cama desconocida ¿Podría llamarse a esto una traición? ¿De quién? ¿De ella o mía? ¿Podría considerarse deshonesto mirar a la novia de mi amigo con miradas que desnudan y que ella secretamente sienta placer? Pero en este caso ¿Quién sería el egoísta? ¿Mi amigo o yo? que por respeto a él me retraigo y no llevo a mis aposentos a quien desea en lo más profundo de sus hormonas estar allí ¿Yo soy el mal amigo o él, que fue testigo de mis desgracias y a pesar de ello me niega un bonito cuerpo y unos labios que provocan que él posee todas las noches y yo sólo aspiro a una?