sábado, 26 de mayo de 2012



"Se me entrecorta la respiración de forma escalofriante. Me falta el aire. El corazon se me acelera como un motor descompuesto. Las manos me tiemblan casi imperceptiblemente a la mirada de cualquiera pero yo me doy cuenta que no puedo mantener el control de ellas. Mi voz emerge de mi garganta a borbotones. No puedo disimularlo, hago un esfuerzo brutal porque nadie se de cuenta de lo que me pasa…
Es que alguien pronuncio su nombre."


jueves, 10 de mayo de 2012

Charla Presentacion


Charla presentacion de “Tesoros, Miserias y Compasion” en Escobar: Martes 22 de mayo 19hs en la Biblioteca Popular 20 de diciembre (ex Rivadavia) Hipolito Yrigoyen 514. Moderador Martin Pozo (Periodista y docente). Participación especial de PABLO OLIVA (ex cantante de Gazpacho). Alli estaremos conversando diferentes temas y poniéndole música a la velada. La entrada es libre y gratuita.

sábado, 5 de mayo de 2012

Se me pianta un diablo



No la beso todavía porque su boca, a pesar de provocar cierto magnetismo, da un poco de miedo. De tanto lápiz labial uno puede temer que al besarla lo declaren culpable de cualquier delito de amor. Mientras tanto me cuenta de sus siete figuras, de las cuales hoy reniega porque se las hizo un ex novio tatuador. Me muestra su estrellita mal dibujada al costado de la oreja y me habla de las patitas de oso que le trepan por la ingle. Entre frase y frase me exhibe su lengua que de tantos piercing (dos) parece un anzuelo capaz de pescar a cualquier incauto. Despunta otro trago ya que un mamón generoso no permite que nadie de los presentes tenga su vaso virgen y desgrana su discurso (creo yo que lo tiene bastante ensayadito) de el por qué también acusa nueve agujeros quirúrgicos atravesados por un trocito de metal (algunos en plata, otros quién sabe) en el resto de su cuerpo. Me dice que a ella le gusta el dolor, yo le hablo de masoquismo pero la rebeldía que defiende su juventud intenta no darme la razón. Por eso me cuenta del piercing que le atraviesa el pezón y se regodea de mi gesto de impresión. Cuando le sugiero que me lo muestre ella se niega, quizás sabiendo que dentro de un par de horas mi lengua iba a ser la caricia estremecedora que surcaría en torno a él. Es que en su rumba no existe brújula y va por donde sospeche que pueda descubrir algo que la entusiasme. No llega a pasar un largo rato cuando me propone cambiarme un buen beso de metales boyando en mi boca si le compro un paquete de cigarrillos. Si bien mi espíritu no admite este tipo de sobornos, digamos que la curiosidad me hace sentir que el precio es bastante bajo. Igual no cedo de inmediato (no es de buen negociador) ya que los cinco pesos del costo del paquete no es lo que me incomodaba sino más bien, salir en busca de un kiosco abierto cuando hace apenas unos minutos ha despuntado el alba. Al final me convence y más por compañerismo entre seres nocturnos que por el premio deambulamos por esas calles desconocidas para ambos. Un par de hienas a los que el tanque les marcaba lleno desde hacía horas nos invitan un trago del pico de una Quilmes. Eran dos muchachotes que parecían albañiles de la torre Eiffel de los barrios más marginados de La Matanza a los cuales mi damita les temía, o por lo menos eso me pareció ya que me tomó de la mano y trato de atraerme hacía el otro lado. Mi metro ochenta y cuatro y los ochenta y tres kilos que acuso hacen que me les acerque sin temor y les pida unos cigarros, los cuales me invitan gentilmente. Dos cuadras más tarde, ya camino a la casa del mamón llena-vasos encuentro ese premio que intento que me entusiasme un poco, aunque eso no pasará del todo al menos en las siguientes horas. Una vez en el comedor de la casa nos encontramos con otra botella de agua, malta, levadura y lúpulo fermentado recién abierta y al dueño de la casa desmayado en una cama ¿Será que habremos atravesado ya cierto límite? (hace unas cuantas horas éramos dos vulgares desconocidos), pues me cuenta de sus fantasías. Asegura no ser bisexual pero se aventuraría sin tapujos a compartir una cama con otra señorita y hacer y dejar hacerse lo que realizaría con cualquier hombre. Una cosa lleva a la otra. Una sola cama en una habitación donde también dormían otras personas a ronquido limpio nos invita a intentar un sueño cuando las nueve de la mañana comienzan a imputarnos. “No quisiera sacarme los pantalones porque no me afeité, no pensé que íbamos a terminar así” me dice al oído mientras nos tapamos hasta la cabeza. De cuando en cuando se me pianta un poquito un diablo capaz de encender cualquier fogata y mi niño explorador descubrió durante toda esa mañana aquellos lugares de su cuerpo no tan inocentes pero no por eso menos deseables.  

viernes, 10 de febrero de 2012

SER O NO SER

Soy la imagen del futuro agazapada en un insomnio. Soy el hijo de Sodoma, su parte más lasciva. Soy la lengua que escupe las palabras y pensamientos de los pudorosos. Soy un pecho que sangra veneno y se suicida por placer. Soy el efímero suspiro de esa mujercita que todavía no ha conocido lo que significa la palabra mujer. Soy la mirada perdida de un mendigo con sueños de magnate. Soy el diente podrido de una médium que se encamó con todos los curas de una santísima iglesia. Soy la cama de tortura donde duermen las tristezas y las angustias. Soy saliva de esos labios que nunca quisieron rozar los míos, la pasión escatimada de Ella, la más hermosa, la que siempre dio su cuerpo y nunca su amor. La traición desesperada de un amigo de toda la vida. Soy la plegaria obligada de aquel que ha pecado. Soy la seducción de lo prohibido. Soy la visión del mundo que tiene un enfermo esquizofrénico, la emoción del que gana una partida, la tentación de los sometidos, la sincera distracción del que dijo una mentira.
Pero a pesar de todo esto, no soy ni la mitad de lo que he querido ser.

domingo, 27 de noviembre de 2011

EL JUGADOR

La niebla me devuelve pensamientos: Soy producto de un error, soy un crimen que todavía no se cometió, soy la sangre del perdedor. En el purgatorio veo en un televisor las cenizas de lo que quedo de ese amor. Soy aquel que nunca se arrepintió, por eso Cristo no lo salvo. El que jugo con fuego y se incendio. El que desato el nudo de la tormenta que todo lo bueno arraso. Soy el que está parado frente al paredón, con los ojos vendados, sacándole el pecho al plomo que está por llegar. Soy el que no llegó nunca a aprender que los que arriesgan todo a veces pierden todo.

sábado, 19 de noviembre de 2011

COMPLOT

Con la cabeza dentro del inodoro es muy difícil saber que es lo que sucede alrededor, pero puedo darme cuenta que la situación no es la mejor. Un olor nauseabundo emerge desde aquí dentro y puedo percibir que el agua del fondo no es incolora. Trato de pararme pero la orden que mi cerebro envía al resto de mi cuerpo o no llega a destino o es desobedecida. Que Fue lo que paso? Como termine aca? Me zumban lo oídos, no puedo escuchar nada. Mi estomago se estrangula como si dentro viviera Jack el destripador. En mi boca se balancea un hilo de baba que no puedo eliminar. Trato de manotear una toalla cercana pero ella me esquiva y se aleja de mi. En el baño de mi casa hay un complot en mi contra. Quien esta detrás de esto? Que les pasa? Por que sale agua sin parar del bidet y yo no puedo detenerla?

sábado, 29 de octubre de 2011

Traicion


Hace frío. Es tarde en tu cama y el insomnio no me deja dormir. Te dejo perdida en tus sueños, salgo al parque y veo como mi aliento se transforma en vapor. Camino entre los fantasmas que alguna vez acariciaron tu piel. Me escondo en las palabras que hace unas horas usabas para convencerme. Por mas que quiera, por mas que lo intente, tus caricias ya no me erizan la piel. Es la soledad, ese criminal que ha sido declarado inimputable, que me toca y me hiela la sangre.
De lejos me llegan los susurros que aniquilan la verdad. La traición es un veneno sin antídoto.  

viernes, 9 de septiembre de 2011

BIPOLAR

Sigo sentado en el limbo
Dandole la espalda a la pared
Me siento diminuto,
Una particula perdida en este mundo…

No siento el aire que me roza
Soy un descuido que no se sabe salvar
Una sonrisa presa en una celda
Una voz que no se hace escuchar

Me he dado cuenta que no soy lo que el espejo refleja
Soy un fantasma que se asoma en la oscuridad

Sigo esquivando espejismos
Aquello que quise y no pudo ser
Arena de este desierto
Buscando un oasis que jamas va aparecer

No siento el aire que me roza
Soy un descuido que no se sabe salvar
Una mirada que no me duela
Una caricia al amanecer

Me he dado cuenta que no soy lo que el espejo refleja
Soy un fantasma que se asoma en la oscuridad

sábado, 6 de agosto de 2011

Enfermo

"La noche sin estrellas es una puta despintada y desde que te fuiste me pierdo en el espacio que ocupabas. El dia es un aborto de la luna y la poesia no le sirve al amor sino se escribe en la piel con la tinta que circula dentro de las venas. En un instante de lucides veo un campeonato de tristezas y yo me pregunto porque las cosas lindas siempre terminan igual: Tristes"

sábado, 2 de julio de 2011

LA VIDA TIENE POCO QUE VER CON LA PASIVIDAD DE UNA AMEBA

(Fragmento)

- Parece que nos quedamos a oscuras. - Comenté vagamente.

Ella se dirigió hacia la cocina en busca de una vela. Trajo también un sahumerio que encendió mientras me contaba acerca del libro que me regaló. Yo permanecía en la ventana, casi sin escucharla, viendo como un gato trataba de huir del aguacero. Luego me pidió que me siente en el suelo frente a ella. Allí la conversación tomó forma, se alargó separando su caudal en distintas vertientes. Casi sin querer nos espiábamos en la oscuridad. Podía ver brillar sus labios mojados cuando hablaba. El tono de voz se nos volvía suave y tiernamente infantil. Ella dijo algo sobre el Yoga y propuso que hagamos un ejercicio. Yo sin estar muy convencido me senté tal y como ella me sugirió. Cerré los ojos y me relajé. Me echó los hombros hacia atrás. A mi me causó gracia lo que dijo mientras lo hacía y lancé una diminuta carcajada rompiendo la posición. Me reprendió con la mirada obligándome a ponerme como estaba antes, divagando sobre la importancia del respeto. Murmuré algo. Me hizo callar. Me pidió seriedad. Ya estaba en posición. Ella se acomodó frente a mí en igual estado. Quebré en un instante, el silencio reinante susurrándole que estaba torcida. Abandoné mi posición y eché sus hombros hacia atrás. Estábamos a dos centímetros. Mis labios estaban a escasos veinte milímetros de los suyos. Sentía su suave respiración sobre la mía. Nos quedamos así unos segundos sin saber que hacer ni que decir. Las imágenes se desdibujaban en mi mente. Parecía como si el tiempo se hubiera clavado allí. Nuestros labios se atraían como dos imanes hasta que muy suavemente chocaron. Nuestro espíritu trepaba hasta el fondo del cielo. Un profundo silencio nos gobernaba. Acaricié su rostro con ternura. Me miraba a los ojos dulcemente. Su memoria se había borrado. La mía también. Las palabras sobraban. Me separó un poco y volvió a besarme, esta vez apasionadamente. Me abrazó como si yo fuera el único ser humano en el mundo. Sentí como su mano me acariciaba la espalda con la fragilidad de una pluma. Yo hice lo mismo y casi sin querer se soltó el soutien. Nuestras ropas se evaporaron. Mi piel se fundió en la suya. Un colchón en el suelo fue el escenario de esta sutil función. Exploré. En pocos minutos descubrí todos los rincones de su cuerpo. Susurros inconexos se perdían en el aire. Clavé mi bandera. Me ahogué en su extensión. Éramos dos náufragos que se refugiaron el uno en el otro. Altamar, pleamar. Los suspiros se abandonaron al espacio. Nadé hondo. Llegué lejos...
Por el borde de la ventana se filtraba una tenue brisa fresca. La oscuridad cubría todo lo existente. Nos dormimos apaciblemente. Al rato logré sobreponerme a la pesadez de mis párpados y noté que casi no llovía. Le acaricié los labios con una sinceridad inmensa. Belén, bajo el efecto de la ensoñación, apenas me besó los dedos. Tal vez se le había cruzado por su cabeza la imagen de su príncipe azul que quizá no sea ni su marido, ni yo. Sus párpados permanecían cerrados y su rostro mantenía una expresión infantil. El viento iba limpiando el lóbrego cielo cubierto de nubes y de entre ellas se escapaba un sumiso reflejo de la luna. La ilusión se hizo carne en pequeñas promesas. Entre suspiros planeamos un viaje a Puerto Madryn que, sabíamos, jamás íbamos a hacer. Todo transcurrió felizmente hasta que la realidad se escabulló por la hendija de nuestros razonamientos, pero estábamos tan a gusto que nada en el mundo podía encarcelar nuestros pensamientos en las celdas de la preocupación.