domingo, 16 de agosto de 2009

GUERRA

No tengo ninguna cicatriz a la vista por lo tanto, podria negar rotundamente que soy un sobreviviente de una cruenta guerra. Mi sonrisa permanece en una mueca natural, mis ojos aunque un poco caídos, no reflejan la paz de los muertos que se siente justo debajo de mis pulmones. Mi aspecto es medianamente saludable, no estoy desalineado y todavía, quizás por inercia, me paro derecho. Fueron apenas un par de días (casi dos años), los que estuve bajo la línea de fuego, aunque casi nadie se entero (como casi nadie se da cuenta ahora que de tantas heridas que tengo por dentro, me derrumbaría si me suspiraran cerca) que apenas y llegue a escapar del patíbulo. No se usaron fusiles, ni bombas en esta guerra. Muy poca fue la inteligencia y las estrategias utilizadas. Fueron innumerables combates cuerpo a cuerpo, con la pasión como único instrumento de ataque y defensa. He llorado, he gritado, me he enfadado, he enloquecido pero la he amado tanto, pero tanto, que no me daba cuenta que ella era mi mi unico enemigo. Mi bendita alma recibio puñaladas de desconsuelo, detonaciones de desilusión, tormentas de dolor hasta que mi corazon exploto y los pedazos se desparramaron por todo mi cuerpo.

2 comentarios:

  1. Uno podría quedarse tras las trincheras y ver la guerra de los otros, pero está bueno recibir la medallita de héroe, ¿quién te la quita?

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  2. Difícil tarea la de ser sobreviviente de una guerra en la que casi siempre perdemos.

    Abrazo

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