CARTAS DE AMOR

No me voy a suicidar por más poético que esto pueda parecer. Tampoco voy a escribir veinte versos depresivos y una canción ahogada en una paja. No voy a ocupar el espacio que dejaste con un ataúd lleno de psicólogos Freudianos, ni a curar tus prendas con un manosanta. No voy a vender tus recuerdos en una feria del olvido, no van a agonizar mis lágrimas sobre tus fotos. Si fuera más prolijo dejaría un lugar en un rincón de mi cuarto para que duerma tu sombra. No voy a novelar con mis amigos, contándoles todas esas plegarias de amor, de profeta arrepentido, de lunático que ya no sueña con la luna. No voy a extrañarte ni un poquito. No voy a condenar mis suspiros a ser esclavos de tu nombre, ni a emborrachar una herida para que deje de sangrar. No voy a romperle los tímpanos a Cristo con frases de arrepentimiento, ni jugar un campeonato con el Diablo para saber quién ha sido más cruel. No voy a probar ni una sola pastilla y te aseguro que voy a dormir con un angelito. Ni siquiera voy a soñar con vos. Sólo voy a rezar porque ojalá nunca muestres ni publiques las cartas de amor que te he escrito, por que si así hicieses, las novias que he tenido se darán cuenta que a todas les he redactado los mismos versos, las mismas frases y he llevado a cabo los mismos incumplidos juramentos. Más se desilusionarían, si alguna vez me han querido, al saber que sólo he escrito unas cuantas cartas y cambiándoles el encabezado envié una copia a cada una.