viernes, 23 de julio de 2010

MI PRINCESITA SE TRANSFORMO EN SAPITO - Parte VI

VI

Mi legua era la que chorreaba flujo despues de haber escarbado durante más de una hora esa mina de oro en su entrepierna. Luego su himen de acero era el que aparecía inquebrantable ante las embestidas de mi humanidad. No encontraba la llave que encage exacto en el cerrojo de esa caja de pandora blindada por venus. El banquete estaba servido allí convulcionado. Liberado el mar de tranpiración. El infierno alojado en cada poro. Un volcan en erupción. Fue mi diablo el que afiló la daga antes de tajear su cuerpo. Mi animal era un salvaje acorralado ante una multitud. Orgullosamente erguido escarbaba hondo en su signo de Eva. Sus garras se clavababan en mi espalda, (No vaya a ser que a la vuelta de este viaje intergalactico no queden rastros). Un grito que socorría, que aliviaba, que sanaba, se acurrucaba en mi pecho cuando el universo estallaba a nuestro alrededor. El estertor desvaneciendonos por un rato, dejando atrás un ejército de orgasmos victoriosos en la última batalla.
Aunque uno no lo descubra a simple vista el amor tiene fecha de vencimiento y solo nos damos cuenta de ello cuando estamos llenos de moho

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